Un año más la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI-WIPO) nos muestra desnudos ante el espejo: Europa queda nuevamente rezagada ante el empuje industrial y tecnológico de China, de los restantes tigres asiáticos y de los Estados Unidos. Los datos que ofrece esta Organización resultan inapelables. Desde AFE-EFA mostramos una selección relevante:
Ante esta tozuda realidad de decadencia industrial, técnica y a la postre científica de Europa, ¿qué proponemos? A juicio de AFE-EFA, las universidades europeas están dominadas por una filosofía estatista y eurocéntrica, propia del siglo XIX y de parte del XX. Ni siquiera la magnífica Comisión Delors, que impulsó en 1993 la audaz prospectiva sobre el futuro de la economía europea, pudo vislumbrar la realidad que hoy constatamos. En su Libro blanco “Crecimiento, competitividad, empleo. Retos y pistas para entrar en el siglo XXI”, por ejemplo solo se cita a China en tres ocasiones y de manera condescendiente. En una de ellas (pág. 117) afirmaba:
“Para el fin de 1993, y después, las prioridades de la Comunidad son claras: i) Apertura de los mercados de bienes y de servicios Las últimas negociaciones han registrado avances en sectores en los que la CE es competitiva, al menos entre los países más desarrollados, y han sentado las bases para nuevos avances entre todas las partes del GATT. Las negociaciones de adhesión al GATT de países como China y Rusia ofrecerán la oportunidad de obtener compromisos claros de apertura de los mercados.”
En consecuencia, urge modificar esa estéril filosofía universitaria europea, por ser improductiva e ineficiente en las ciencias duras e ingenierías. Para ello, entendemos que la UE debe aprobar ya un nuevo marco jurídico, que permita la libre constitución de universidades federales abiertas al mundo y que consideren el territorio de toda la UE como su espacio doméstico.
De este modo, la Unión debiera fomentar la creación y mayor financiación –pública, privada o mixta- de nuevas universidades de naturaleza federal en territorio europeo. Igualmente, debiera estimular al máximo los intercambios internacionales en las áreas científico-técnicas o STEM[1] en las que nos estamos quedando rezagados, entre ellas las referidas con los ámbitos a los que alude el citado informe de la OMPI-WIPO.
También debemos recordar que entre las diez universidades más eminentes del planeta según el ranking de Shanghai no hay ni una radicada en la UE:
Solo en un pequeño Estado como Taiwan, el impulso de sus nuevas universidades ilustra a la perfección la dinámica que se puede apreciar desde el arranque del presente siglo:
Y si nos centramos en las más prominentes universidades del complejo STEM, resulta obvio que la UE se encuentra notablemente rezagada:
¿Por qué consideramos en AFE-EFA que nuestra Unión debe cambiar de estrategia para mantenerse en la carrera del desarrollo científico-técnico e industrial? Pues porque deseamos que Europa conserve y desarrolle su modus vivendi, su European way of life, basado en buenos servicios públicos de calidad para todos sus ciudadanos –sanidad, educación, pensiones, …-. Si nuestra economía no está a la vanguardia, ese objetivo existencial corre un severo peligro a medio plazo. Preservar nuestro perfectible mercado interior de 450 millones de personas ya no basta.
¿Cómo poner en marcha esa nueva estrategia universitaria europea? Desde AFE-EFA estimamos que mientras no se alcanza una genuina Unión Federal en este ámbito, o subsidiariamente se firme un Tratado ad hoc entre la UE y todos sus Estados, se puede acudir al artículo 352 del Tratado de Funcionamiento de la UE (TFUE):
Artículo 352
(antiguo artículo 308 TCE)
1. Cuando se considere necesaria una acción de la Unión en el ámbito de las políticas definidas en los Tratados para alcanzar uno de los objetivos fijados por éstos, sin que se hayan previsto en ellos los poderes de actuación necesarios a tal efecto, el Consejo adoptará las disposiciones adecuadas por unanimidad, a propuesta de la Comisión y previa aprobación del Parlamento Europeo. Cuando el Consejo adopte dichas disposiciones con arreglo a un procedimiento legislativo especial, se pronunciará también por unanimidad, a propuesta de la Comisión y previa aprobación del Parlamento Europeo. (…)
Alternativamente cabría desplegar una cooperación reforzada en materia universitaria e investigadora (artículos 326 y siguientes del TFUE), arrancando de inmediato por el complejo STEM.
A nivel operativo, en tanto no se avance en la mejora del marco jurídico de la figura de la Fundación Europea (FE), lo más lógico sería echar mano del instrumento de la Sociedad Anónima Europea o Societas Europea (SE) con inversores públicos y/o privados, o en su caso de la Agrupación Europea de Cooperación Territorial (AECT), incluso a propuesta de diversas universidades estatales deseosas de avanzar por Europa. Pero, en cualquier circunstancia, resulta vital que esas nuevas Universidades federales o pre-federales sean plenamente libres a la hora de contratar a sus profesores e investigadores, a la hora de remunerarlos por resultados y a la hora de cooperar internacionalmente. Solo así tendremos alguna probabilidad de revertir la decadencia científico-técnica e industrial de Europa y preservar nuestro modus vivendi.
[1] STEM: Science, Technology, Engineering and Mathematics (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas).